top of page

LO DELICIOSO NO ES EL CHOCOLATE.Por: José Luis Villanueva

Foto del escritor: Ricky GomezRicky Gomez

 

 Si nos damos la oportunidad de poner atención en lo que disfrutamos, en lo que hacemos, en donde vuela nuestra mente y sus pensamientos cada día, nos podremos percatar que el chocolate pasa a segundo término.  No importa si eres amante del sabor del cacao, del dulce producto de nuestros ancestros y que se ha perfeccionado para hoy poderlo disfrutar en barra, con leche o con agua.  Este delicioso y endulzante producto para regalar, acompañar un festejo, para pasar el rato o en búsqueda de energía, tiene una trascendencia aún mayor, una que quiero compartirte.

 

 Démonos la oportunidad de creer que eres de la mayoría de la gente que amamos y disfrutamos el chocolate.  Quizá no llegamos a ser “adictos al chocolate”, como se inició a utilizar el término a finales de los años 60´s, sino que, el gusto y anhelo por degustar su sabor, independientemente de su presentación, nos coloca en un gran grupo de personas que disfruta paladear este manjar.  Si nos ponemos objetivos en lo que nos hace sentir, pensar y recordar cada mordisco o sorbo de chocolate, quizá nos podremos dar cuenta que hay algo mucho más importante que ese solo instante.  Recuerda la última vez que estuviste en ese momento, ese donde el chocolate te acompañó y ambos se entregaron en una relación simbiótica, ¿qué pensaste y que sentiste?

 

 Ahora estoy ejemplificando con el chocolate, pero puede ser con cualquier otra cosa o incluso, cualquier momento que quieras evocar a tu presente.  Hacia donde vamos caminando, es a darnos cuenta de que, lo que nos hace vivir, sentir, soñar, recordar e incluso, sentirnos amados, no es un solo elemento o un instante en específico, es lo que viene de tras o está en derredor de ese evento.  La madre de Willy lo dejó muy claro: “lo maravilloso no es el chocolate, sino con quien lo compartes”.  La realidad de nuestra vida es que hemos generado detonantes para que nuestras emociones tengan la posibilidad de brotar nuevamente, ante experiencias nuevas o antiguas y que nos permitan alimentar nuestro interior.  Siendo claros, hay cosas o eventos que nos hacen sentir y revivir.  No siempre es alegría y emoción positiva lo que podemos traer a nuestro presente, también sucede que esto que brota con un detonante, puede llevarnos a episodios tristes de nuestro pasado.

 

          Ante mi naturalidad desmedida por el positivismo, sé que hay momentos desagradables que se nos presentan, para equilibrar me






 
 
 

Comentarios


bottom of page